jueves, 26 de junio de 2008

Correspondencia

Hoy he recibido carta de mi amiga E. Me envía un boceto de su jardín con el mar al fondo, una receta para un postre árabe y un fragmento en alemán del último libro de nuestro autor favorito. Yo, por mi parte, le envío una postal de un velero a carboncillo y dos palabras para un nuevo relato: “Azul sólido”.

"El Nombre de la Rosa" de Umberto Eco

—No podéis reprocharos nada, habéis hecho todo lo que podíais.
— Todo lo que puede hacer un hombre, que no es mucho. Es difícil aceptar la idea de que no puede existir un orden en el universo, porque ofendería la libre voluntad de Dios y su omnipotencia. Así, la libertad de Dios es nuestra condena, o al menos la condena de nuestra soberbia.
Por primera y última vez en mi vida me atreví a extraer una conclusión teológica:
—¿Pero cómo puede existir un ser necesario totalmente penetrado de posibilidad? ¿Qué diferencia hay entonces entre Dios y el caos primigenio? Afirmar la absoluta omnipotencia de Dios y su absoluta disponibilidad respecto de sus propias opciones, ¿no equivale a demostrar que Dios no existe?
Guillermo me miró sin que sus facciones expresaran el más mínimo sentimiento, y dijo:
—¿Cómo podría un sabio seguir comunicando su saber si respondiese afirmativamente a tu pregunta?
No entendí el sentido de sus palabras:
—¿Queréis decir —pregunté— que ya no habría saber posible y comunicable si faltase el criterio mismo de verdad, o bien que ya no podríais comunicar lo que sabéis porque los otros no os lo permitirían?

miércoles, 25 de junio de 2008

El Taller

Una pequeña habitación. Una mesa con maderas de nombres exóticos; mukali, sapelly y ramín. Revistas de veleros, serrín y trapos gastados por el uso. Planos a escala con marcas de lápiz cubriendo las paredes. En las estanterías libros de vidas en el mar; Melville, Conrad, O´Brian...

Horas absorto, olvidado del mundo exterior. Sólo a veces, tras concluir una pieza o una parte de la cubierta, una mirada por la ventana. El sol y el viento que obligan a entornar los ojos. Asfalto transformado en mar, de un verde tan intenso como sólo es posible en un sueño de invierno.

"1984" de George Orwell


…Su mente se deslizó por el laberíntico mundo del doblepensar. Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas, sostener simultáneamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas; emplear la lógica contra la lógica, repudiar la moralidad mientras se recurre a ella... olvidar cuanto fuera necesario olvidar y, no obstante recurrir a ello, volverlo a traer a la memoria en cuanto se necesitara y luego olvidarlo de nuevo; y, sobre todo, aplicar el mismo proceso al procedimiento mismo. Ésta era la más refinada sutileza del sistema: inducir conscientemente a la inconsciencia, y luego hacerse inconsciente para no reconocer que se había realizado un acto de autosugestión. Incluso comprender la palabra doblepensar implicaba el uso del doblepensar.

martes, 24 de junio de 2008

"Fahrenheit 451" de Ray Bradbury

· Es un hermoso trabajo. El lunes quemar a Millay, el miércoles a Whitman, el viernes a Faulkner; quemarlos hasta convertirlos en cenizas y luego quemar las cenizas. Ese es nuestro lema oficial.
Caminaron un poco más y la niña dijo:
· ¿Es verdad que hace muchos años los bomberos apagaban el fuego en vez de encenderlo?
· No, las casas siempre han sido incombustibles.
· Qué raro. Oí decir que hace muchos años las casas se quemaban a veces por accidente y llamaban a los bomberos para parar las llamas.
El hombre se echó a reír. La muchacha lo miró brevemente.
· ¿Por qué se ríe?
· No sé. - Dijo Montag, comenzó a reírse otra vez y se interrumpió -. ¿Por qué?
· Se ríe aunque yo no haya dicho nada gracioso y me contesta en seguida. Nunca se para a pensar lo que le he preguntado(...)

Lagos

Se llega por un camino de tierra, algo mas allá del final del pueblo, cerca del mar. Casi no está iluminado y se tiene la sensación de que uno ha debido perderse y que ha equivocado la ruta. Al final, tras unos minutos, encuentra una casa de paredes blancas con un pequeño jardín. Hay un pozo y unas pocas mesas iluminadas con velas.

Pan blanco y mantequilla, aceitunas y cerveza portuguesa. Después dorada, pez espada, o dejarse aconsejar por la dueña del local. Si le resultamos simpáticos, al final de la comida, se acercará con dos vasitos de oporto y charlará en una mezcla de español y portugués, mientras ojea con aire profesional las otras mesas. Una vez solos, sintiendo la piel tostada por el día al sol y el sabor de la sal que queda en los labios tras bucear varias horas, se escuchará allá a lo lejos, hacia la zona donde no llega la luz, el sonido de las olas rompiendo en la cala do Camilo.

"La celda de próspero" de Lawrence Durrell

Corfú 18.5.1937

Causalidad es este piso divisorio que cae cada mañana cuando estoy de vuelta en las rocas tibias, tendido con la cara a menos de un palmo del Jónico oscuro. Pasamos toda la mañana echados junto al santuario de ladrillos de San Arsenio, arrojando cerezas al estanque, dos brazas de agua clara hasta el fondo arenoso donde quedan como gotas de sangre. N. va en su busca como una nutria y los trae entre los labios.El Santuario es nustra piscina privada; cuatro macizos de cipreses, profundos bordes bien cortados para zambullirse en dos brazas de agua azul, y un suelo de guijarros limpios.Una vez, después de una tormenta, un icono de san Arsenio fue hallado aquí por un pescador llamado Manoli, que construyó el santuario de argamasa roja para alojarlo. La lamparita está llena de aceite dulce ahora, porque san Arsenio guarda nuestros baños.

El Proyecto

El joven volvió a analizar el que, durante las próximas mil elipses, sería su proyecto. !Al fin un planeta para él solo!. Por supuesto se trataba de un C-4, no se podía esperar otra cosa tras su rendimiento en el período de formación. !Si tan sólo hubiera evitado en la última prueba el ocaso de su civilización durante un par de ciclos más...! Nada podía hacer ahora al respecto. Como le había comunicado su mentor, ahora tenía una oportunidad real de redimirse y aspirar a un puesto entre ellos.

Al menos, su tarea estaba bastante clara... Utilizar factores de séptimo nivel y conseguir un resultado en el período propuesto. !Séptimo nivel!. De todas formas, iba a demostrarles de lo que era capaz. !El mismo solicitaría su reclasificación a constructor si no conseguía hacer estallar su planeta en la mitad del período propuesto!.

Sierra


Verde intenso. Lluvia y niebla. Rodeado por el monte y la arboleda. Encinas, alcornoques y chopos. El viento entre las ramas. Otro mundo. Tan confundido que necesito tocar la realidad. La corteza húmeda, tras la noche de lluvia. Mientras la rozo con los dedos, miro hacia la copa del árbol. Imposible abarcarlo con la mirada. No existe pasado ni futuro. El tiempo se ha detenido.

(Imagen por cortesía de Pau)